No obstante aunque los rendimientos económicos de la Hullera son positivos, al consolidarse S.M.M.P, y estando constituidas ambas sociedades sobre la misma base capital, se llega en 1893, a la unión de las dos al fusionarse la primera en la segunda, dando así principio al proceso de incremento y expansión minero industrial de la S.M.M.P
Durante los años 1900 y 1913 la S.M.M.P realiza compras de propiedades y derechos mineros mediante las que consigue el control de la minería de la cuenca.
Sin duda la más transcendental desde un punto de vista económico es la adquisición de las minas de Cabeza de Vaca, Santa Elisa y El terrible, propiedad de Ferrocarriles Andaluces. Ya desde 1891 la situación económica de los Ferrocarriles va a ir decayendo en parte debido a sus cargas financieras y a la elevada cotización del franco francés y el resultado del ejercicio de 1895 es calamitoso con un coeficiente de explotación del 48%. En 1900 la penuria por la que atraviesa la compañía le hace vender las minas de Cabeza de Vaca y Santa Elisa junto con el resto de sus concesiones a la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya por 13.248.811 pesetas. Las razones de la venta que expone el presidente del consejo de administración de Ferrocarriles Andaluces en su reunión con los accionistas el 19 de noviembre de 1900 son el “mejoramiento de las líneas y completar las máquinas de sus talleres” para lo que necesitaba la liquidez que esta venta producía
Durante los años 1900 y 1913 la S.M.M.P realiza otras compras de propiedades y derechos mineros mediante las que consigue el control de la minería de la cuenca.
Entre estas compras destacan la adquisición de él “Porvenir de la Industria” a la sociedad minera de antracita, varias minas no productivas pertenecientes en su mayoría a compañías y propietarios vinculados a la Sociedad Bética, Manchega y Vizcaína y a algunas compañías como Bedel Fréres que habían estado presentes en la cuenca casi desde sus inicios, y por último adquiere el 18 de marzo de 1914 la totalidad de minas de carbón, maquinaria e instalaciones que la compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (M.Z.A) tenía en la zona. La razón que M.Z.A aduce para la venta es la falta de productividad.